La cifra de 21,9% de niños menores de cinco años con desnutrición crónica quizás aparezca en una fría estadística del Ministerio de Economía y Finanzas que no ha sido prioritaria ni para este gobierno ni para los anteriores.
Sin embargo, ese 21,9% representa un estimado de 585 mil 793 niños, según el último censo demográfico del Instituto Nacional de Estadística e Informática.
Son infantes con un futuro frustrado porque se han afectado su desarrollo y maduración cerebral, que en un 80% se da durante los primeros cinco años de vida. En consecuencia, cuando vayan a la escuela serán poco creativos, poco inteligentes y tendrán menor nivel de desarrollo emocional y social, en comparación con un niño normal.
“Los niños con desnutrición crónica van a tener poca retención cognitiva o poca retención del aprendizaje porque sus células no se han desarrollado ni madurado lo suficientemente rápido en la primera infancia. También verán disminuido su desarrollo motor”, explicó la nutricionista María Elena Flores Ramírez.
Además, agregó la experta, también tienen problemas de anemia y de absorción de alimentos y de nutrientes. María Elena Ugaz, Oficial de Nutrición y Desarrollo Infantil de Unicef-Perú, explicó que un niño llega a desnutrición o porque tiene insuficiencia en la ingesta de alimentos o por enfermedades frecuentes, sobre todo diarreicas y respiratorias.
¿Fallaron las políticas?
Las estadísticas revelan que hay un avance en la reducción de la tasa de desnutrición crónica infantil, pero no el esperado. Entre 1992 (36,5%) y el 2008 (21,9%) se bajó 14.6%. El gobierno de Alan García se propuso bajar esta cifra a 16% hasta el 2011, pero va a ser difícil que la alcance porque sus logros han sido de 1% por año y todavía queda un déficit de 5,9%. El área rural sigue estando en desventaja (36,3%) frente al área urbana (11,8%).
Este gobierno está dando impulso desde el Estado –el Programa Crecer en coordinación con los sectores Salud, Mujer, Agua para Todos, Juntos, gobiernos regionales y municipalidades, y organismos de cooperación como Unicef, Oficina Panamericana para la Salud y ONG, refirió María Elena Ugaz, de Unicef–pero no siempre se traduce en acciones concretas para los afectados, según Flores.
Por su parte, Ugaz refiere que se nota un progreso en las cifras, aunque reconoció que la tendencia a revertir este problema es más lenta porque primero se ataca a los ya afectados cuando la solución también tendría que venir por la prevención de aquellos que van naciendo.
Los niños con desnutrición crónica no crecen, explica Ugaz mostrando imágenes de la desventaja en tamaño en comparación con un niño normal.
En conos de Lima hay altos índices
El presidente Alan García justificó el poco avance en la lucha contra la desnutrición crónica infantil por la geografía. Sin embargo, esa dura realidad se encuentra a pocos kilómetros del Palacio de Gobierno. En términos absolutos los conos de Lima tienen mayor número de desnutridos por la alta densidad demográfica.
¿ Por qué es difícil revertir este problema en Lima? “Hay mucho hacinamiento, no hay condiciones favorables de calidad de vida, por la pobreza y la falta de empleo”, explicó la nutricionista María Elena Flores.
En términos porcentuales las regiones con mayor prevalencia y cantidad de niños afectados con desnutrición crónica son Huancavelica, Apurímac, Ayacucho, Huánuco, Cajamarca y Puno.
Sin embargo, ese 21,9% representa un estimado de 585 mil 793 niños, según el último censo demográfico del Instituto Nacional de Estadística e Informática.
Son infantes con un futuro frustrado porque se han afectado su desarrollo y maduración cerebral, que en un 80% se da durante los primeros cinco años de vida. En consecuencia, cuando vayan a la escuela serán poco creativos, poco inteligentes y tendrán menor nivel de desarrollo emocional y social, en comparación con un niño normal.
“Los niños con desnutrición crónica van a tener poca retención cognitiva o poca retención del aprendizaje porque sus células no se han desarrollado ni madurado lo suficientemente rápido en la primera infancia. También verán disminuido su desarrollo motor”, explicó la nutricionista María Elena Flores Ramírez.
Además, agregó la experta, también tienen problemas de anemia y de absorción de alimentos y de nutrientes. María Elena Ugaz, Oficial de Nutrición y Desarrollo Infantil de Unicef-Perú, explicó que un niño llega a desnutrición o porque tiene insuficiencia en la ingesta de alimentos o por enfermedades frecuentes, sobre todo diarreicas y respiratorias.
¿Fallaron las políticas?
Las estadísticas revelan que hay un avance en la reducción de la tasa de desnutrición crónica infantil, pero no el esperado. Entre 1992 (36,5%) y el 2008 (21,9%) se bajó 14.6%. El gobierno de Alan García se propuso bajar esta cifra a 16% hasta el 2011, pero va a ser difícil que la alcance porque sus logros han sido de 1% por año y todavía queda un déficit de 5,9%. El área rural sigue estando en desventaja (36,3%) frente al área urbana (11,8%).
Este gobierno está dando impulso desde el Estado –el Programa Crecer en coordinación con los sectores Salud, Mujer, Agua para Todos, Juntos, gobiernos regionales y municipalidades, y organismos de cooperación como Unicef, Oficina Panamericana para la Salud y ONG, refirió María Elena Ugaz, de Unicef–pero no siempre se traduce en acciones concretas para los afectados, según Flores.
Por su parte, Ugaz refiere que se nota un progreso en las cifras, aunque reconoció que la tendencia a revertir este problema es más lenta porque primero se ataca a los ya afectados cuando la solución también tendría que venir por la prevención de aquellos que van naciendo.
Los niños con desnutrición crónica no crecen, explica Ugaz mostrando imágenes de la desventaja en tamaño en comparación con un niño normal.
En conos de Lima hay altos índices
El presidente Alan García justificó el poco avance en la lucha contra la desnutrición crónica infantil por la geografía. Sin embargo, esa dura realidad se encuentra a pocos kilómetros del Palacio de Gobierno. En términos absolutos los conos de Lima tienen mayor número de desnutridos por la alta densidad demográfica.
¿ Por qué es difícil revertir este problema en Lima? “Hay mucho hacinamiento, no hay condiciones favorables de calidad de vida, por la pobreza y la falta de empleo”, explicó la nutricionista María Elena Flores.
En términos porcentuales las regiones con mayor prevalencia y cantidad de niños afectados con desnutrición crónica son Huancavelica, Apurímac, Ayacucho, Huánuco, Cajamarca y Puno.
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