.José Oscátegui
Profesor del Departamento de Economía de la PUCP
En el Perú, los primeros años de los 90’s ejercen, sobre algunos, entre ellos economistas, una fascinación. Todo lo bueno que ha sucedido se debería a que se ha seguido la pauta establecida en dicho periodo, y todo lo malo a desviaciones de ese camino. La cercanía a las elecciones renueva la necesidad de volver a mirar ese periodo. Como siempre, la Historia es imprescindible.
Los antecedentes, Bretton Woods
Luego de la 2da Guerra Mundial se estableció el Acuerdo de Bretton Woods (ABW), que estableció la fijación de los tipos de cambio del mundo con el dólar, que a su vez tenía una relación fija con el oro, de US$ 35 por onza del metal. Esto se hizo con la finalidad de facilitar la ampliación del comercio, pero la mantención de la estabilidad cambiaria exigía que no hubiera grandes déficits en Cuenta Corriente. Para lograr esto se permitía una política comercial, usando aranceles y subsidios, para equilibrar el comercio, y se estableció explícitamente el control de capitales. Una institución central creada por el ABW fue el FMI. Este organismo, en su Artículo VI, Sección 3, permitía el control de capitales para impedir los ingresos y salidas especulativas de capital. En esta situación, sin preocupación por el sector externo ni por la salida de capitales, los países pudieron hacer uso de políticas fiscales y monetarias para alcanzar el pleno empleo, pues ese era uno de los objetivos planteados en ABW. Este es el contexto internacional dentro del que se producen las políticas económicas (y las propuestas críticas a ellas) que se hacen en el Perú y otros países de Latinoamérica durante las décadas de los 50’s y 60’s. ¿Se podía haber permitido la libre movilidad de capitales en esa época? No, pues el FMI autorizaba su control. ¿Se podía haber permitido la apertura comercial con rebaja de aranceles? No, ningún país lo hacía y eso hubiera producido desequilibrios comerciales que hubieran conducido a devaluaciones, lo que no era bien visto, aunque ocurrieron.
Velasco, Allende y García y el fin del ABW
El éxito del ABW cambia la economía mundial y va convirtiendo a esos acuerdos en restrictivos de la economía que estaba surgiendo.
El comercio se había incrementado, también la cantidad y movilidad de capitales. El crecimiento de la economía mundial, superior al de las reservas de oro, hizo necesario el incremento de dólares y de la demanda y de los déficits de EEUU (el dilema de Triffin), que terminó con el abandono de la paridad dólar/oro y el término del ABW, que ocurre oficialmente en 1973. Se inician nuevas reglas para la nueva economía mundial. En ella ya se habían incrementado los flujos comerciales y de capitales y se habían desarrollado e integrado aún más las grandes empresas transnacionales. Salvo condiciones excepcionales, los países pequeños tuvieron que adecuarse. En este contexto, el régimen de Velasco, surgido casi al final del ABW, y más aún el de Allende, resultaron extemporáneos e insostenibles. El de Alan García, en 1985, resultó siendo totalmente anacrónico.
El mercado y el modelo de desarrollo de los 90’s
Este modelo se parece al Walapux Xontrico, en el que ninguno de ellos existe. El cambio de la economía mundial obligó, en particular a los países pequeños, a adecuarse, aunque no todos lo hicieron de la misma manera. El comercio y la movilidad de capitales (conocido como la Globalización) se habían incrementado. Las políticas de equilibrio interno que dominaron durante el apogeo del ABW ya no eran y ya no son posibles. Pero lo que se vendió como modelo nuevo, favoreciendo a grandes intereses, fue el funcionamiento irrestricto del mercado. Esta idea de funcionamiento no es un modelo sino una ideología. El rol como asignador de recursos del mercado no está en cuestión. Lo que está en discusión es si el Estado es un obstáculo para el funcionamiento del mercado o si este solo puede funcionar bien cuando está acompañado de un Estado fuerte.
domingo, 9 de enero de 2011
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