A pesar de las voces que se han levantado fuera y dentro de San Marcos para denunciar los vicios en que han incurrido los miembros del comité electoral, el domingo pasado publicaron un aviso público en el que aseguraron que la Onpe dio fe de la limpieza de las elecciones. Sin embargo, los funcionarios de dicho organismo han señalado que su participación tuvo la finalidad de brindar una asesoría técnica para que se cumplan las formalidades del acto electoral.
Como en la época Fujimorista, la sombra de la intervención se cierne sobre la Universidad Mayor de San Marcos, que también se habría convertido en el objeto del deseo de algunos sectores del gobierno que pretenden imponer su presencia partidaria en una institución que tradicionalmente les ha sido esquiva.
Lo lamentable es que son sus propias autoridades, con el rector Luis Izquierdo Vásquez a la cabeza, quienes están creando un ambiente de desgobierno y desorden, quizá similar al que se vivió en la Decana de América en el año 1991, en que el entonces presidente Alberto Fujimori la intervino con el apoyo del Ejército, bajo la excusa de la infiltración senderista.
Vacío de poder
El reciente proceso de elecciones internas, en lugar del ejercicio democrático que se espera de tan importante institución, ha devenido en un escandaloso desconocimiento de la voluntad de la comunidad universitaria, creando un ambiente de indignación y desconcierto entre estudiantes y docentes. Lejos de elegirse a las nuevas autoridades, muchas facultades han quedado descabezadas, después que se frustró la elección de sus decanos, por artimañas de los sectores cercanos al actual rector.
Izquierdo no ha tomado en cuenta lo que señala el reglamento de las elecciones universitarias y ha creado la figura del interinato, nunca antes utilizada en esta Universidad, para frenar la llegada de autoridades de oposición en siete facultades: letras, ciencias sociales, administración, economía, ingeniería de sistemas, geología e ingeniería electrónica.
Allí se han impuesto decanos “interinos” por 15 días, los que, sin embargo, no son aceptados por la comunidad universitaria y están siendo revocados por decisión del tercio estudiantil que ha encontrado en la vía del referéndum la manera de hacer respetar la decisión del voto mayoritario.
“En estas facultades se ha creado un vacío de poder, con autoridades que la comunidad universitaria no reconoce como legítimas”, advirtió el profesor Zenón Depaz, representante de la Lista Nº 1 “Acuerdo Institucional por San Marcos”, al recordar la situación parecida que se vivió en la Universidad de San Marcos hace 10 años.
Una situación similar le dio a (Alberto) Fujimori la ocasión para intervenir la Universidad, colocando en ese momento como rector a Wilson Reátegui, después de defenestrar al rector de entonces, Manuel Paredes. “Hábilmente, repuso en el cargo nuevamente a Paredes”, dijo Depaz.
El docente universitario indicó que la figura de la intervención no es extraña en este segundo mandato de Alan García, pues ya hay maniobras de ese tipo en la Universidad de Huacho y en la Universidad Nacional Federico Villarreal.
Los amigos del gobierno
La relación del rector Izquierdo Vásquez con el gobierno de Alan García es más que evidente, como lo demuestra el hecho de que a poco de inaugurar su segundo mandato, el actual mandatario recibió el reconocimiento de “Doctor Honoris Causa”, sin que hubiese un motivo para que le sea entregado tal merecimiento.
Claro que el rector Izquierdo ha convertido en costumbre repartir esta membresía a diestra y siniestra, sin que el destinatario tenga el prestigio académico, profesional o social que se espera de quienes se hacen acreedores a este título.
Ramírez Prado
Entre los personajes favorecidos con el grado “Honoris Causa” de la Decana de América se encuentra el rector de la Universidad Alas Peruanas, Fidel Ramírez Prado, recordado por haber pagado costosos viajes a congresistas del APRA. Toda la dirigencia aprista había sido favorecida con viajes a Europa y Asia, amén de los parlamentarios que integraban en ese momento la Comisión de Educación que ve los temas relacionados con las leyes vinculadas a la gestión universitaria. La relación amistosa de Ramírez Prado con el partido de gobierno, es pública y notoria.
Pero el manejo personal de los títulos de San Marcos que ha practicado el rector durante su gestión ha terminado beneficiando a personajes como el abogado Ramón Ramírez Erazo, ex director de los diarios “La Nación” y “Confidencial” de polémica vigencia y cuya cuestionada trayectoria influyó para que sea desestimado como candidato al Tribunal Constitucional.
La cercanía de Izquierdo con la administración de Alan García, sin embargo, se ha puesto en evidencia en más de una oportunidad. El rector es al mismo tiempo dueño del conocido centro oftalmológico “Opeluce”, el mismo que tuvo a su cargo el desarrollo de una parte de la campaña de salud visual “Ver para Creer” que el gobierno utilizó para atacar la “Operación Milagro” que realizaban las casas de Alba y que finalmente fueron cerradas por el gobierno. Esta campaña tenía como finalidad realizar operaciones de catarata entre la población de bajo recursos.
Muchos se preguntan, además, por qué el rector entregó al congresista aprista Luis Gonzalez Posada el uso del local que la Universidad San Marcos tiene al costado del Congreso y que ha sido utilizado como centro de reuniones de la Célula Parlamentaria Aprista.
En opinión de docentes y estudiantes de la Universidad, el actual rector está promoviendo como su sucesor al ex decano de la facultad de farmacia y bioquímica, Pedro Cotillo Zegarra, quien es hermano de un ex rector de la Universidad Federico Villarreal, recordado por haberse apoderado de dicho centro de estudios a punta de golpes y balazos.
La posibilidad de una intervención en la Universidad que es cuna del libre pensamiento y la vocación democrática, sin embargo, recibe el total rechazo de la comunidad sanmarquina.
¿Y el comité electoral?
El trance de crisis de gobierno que padece San Marcos es consecuencia, además, de una serie de actos desacertados cumplidos por el comité electoral que preside la docente Juana Echeandía, pues las denuncias de irregularidades se presentaron desde las etapas previas al acto eleccionario del 25 de mayo.
En primer término, la lista que señala haber sido perjudicada en dicho proceso, señala que no se cumplió el cronograma establecido.
Carlos Mora, secretario de la Lista Nº 1, “Acuerdo Institucional por San Marcos”, denunció que además, el tribunal permitió que la lista oficialista Nº 3 se inscribiera fuera de la hora establecida, mientras que las impugnaciones presentadas por estas irregularidades jamás fueron aceptadas.
El docente de la facultad de letras dijo que tanto Echeandía como los demás miembros del comité electoral son personas afines al rector Luis Izquierdo, que han tenido como objetivo impedir que la lista de oposición pueda participar.
Inclusive en las facultades donde los candidatos de su lista lograron ganar, los consejos de facultad no pudieron dar cumplimiento a la decisión de docentes y estudiantes, pues los representantes de las listas oficialistas no permitieron lograr el quórum requerido. El comité electoral, en lugar de garantizar que se dé cumplimiento al reglamento de las elecciones y exigir que se convoque a nuevas elecciones en un término de 48 horas en aquellas facultades en donde no se pudo designar a los decanos, dejó que el rector, antirreglamentariamente, tome la iniciativa e imponga autoridades “interinas”.
Otra perla del comité electoral ha sido la anulación de la elección del decano de la facultad de medicina, debido al incumplimiento de un detalle formal, que sin embargo no está señalado en el reglamento.
En opinión de Zenón Depaz, las irregularidades que se han cometido en este proceso eleccionario, bajo la batuta del rector Izquierdo y el apoyo del comité electoral está encaminado al copamiento del consejo universitario con decanos afines. Ello porque el próximo año dicho consejo tendrá la tarea de elegir al nuevo rector de San Marcos, por los cinco próximos años.
El docente señaló que Izquierdo busca decanos amigos que puedan elegir un rector de su confianza que no esté interesado en investigar su gestión que ha sido objeto de numerosas denuncias.
Esvieta Topovich
domingo, 6 de junio de 2010
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