Por Wilfredo SandovalInfografía: Raúl Rodríguez
Hace ocho meses el lugar parecía uno de los cientos de montículos arqueológicos que se hallan diseminados en Lambayeque. Hoy, después de retirar toneladas de arena, ha emergido uno de los escenarios donde hace más de 1.300 años los integrantes de la élite moche presidieron sacrificios humanos y fastuosas ceremonias. Estos hechos quedaron grabados en los muros de los altares y en un extenso corredor de 70 metros, que conduce hasta la plataforma principal del templo.
El arqueólogo Manuel Curo explicó que las investigaciones desarrolladas han permitido tener un mejor entendimiento de lo que significaría el monumento arqueológico. “En muy pocas oportunidades habíamos tenido la oportunidad de encontrar en un mismo escenario la representación de ceremonias de alto contenido religioso, encabezados por los sacerdotes y dignatarios. Las representaciones constituyen el fiel reflejo de los elementos existentes en los edificios excavados”, aseveró.
El codirector del proyecto, Carlos Wester, explicó que Huaca Bandera fue el escenario donde en una o varias oportunidades los personajes de la élite llegaron para presidir rituales de sacrificios humanos como parte de una ceremonia vinculada con la fertilidad o quizás con la inmolación de prisioneros de guerra
domingo, 25 de julio de 2010
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