Una decisión estratégica pendiente del Estado es la creación de un ministerio de Cultura, que constituiría la plataforma institucional para preservar y promover la cultura nacional y sumar su aporte al desarrollo y la integración. Su creación repararía una grave anomalía, tratándose de un país con un acervo cultural de cinco mil años de antigüedad, con una rica biodiversidad y diversidad cultural, y una efervescente cultura viva y actuante. Cierto, para evitar un aparato pesado y costoso -esos ministerios “sectorialistas” ocupados en dividir el trabajo y no en sumarse a la cooperación intersectorial-, se requiere perfilar uno que responda a los problemas del Perú, que haga de la cultura un recurso para el desarrollo socio-económico, un factor de valoración y autoestima colectiva, y una fuente de creatividad e innovación. El concepto clave para el desarrollo hoy en día es la creatividad. Este es el gran desafío cuando se trata de instituir un ministerio de Cultura. Los países buscan modelos que respondan a su historia y geografía y a sus aspiraciones. No hay un modelo único. Ejemplos: Turquía e Indonesia articulan el trabajo habitual del ministerio -preservar el patrimonio y promover las artes y las culturas vivas- con el turismo, así el turismo internacional ayuda a financiar el turismo local y la restauración del patrimonio. Corea, además del turismo incluye el deporte y una enfática promoción de las nuevas tecnologías de la comunicación, en particular el cine y la TV. Madagascar instituyó un ministerio de Cultura y Medio Ambiente, pues es una isla rica en biodiversidad y generadora de saberes endógenos. Chile dejó su Departamento de Cultura para crear en el 2002 un Consejo Nacional de Cultura, de rango ministerial, que prioriza la “ciudadanía cultural”. Mientras Costa Rica incorpora la atención a la Juventud y la Mujer, marcando una vocación participativa, el ministerio de Brasil suma a su trabajo sectorial la ejecución de programas nacionales contra la discriminación racial y por la cohesión social. En lugar de guardar un rosario de pequeñas instituciones, el presidente Correa instituyó en Ecuador un ministerio de Cultura que prioriza la inclusión y el desarrollo, cuyo diseño final fue confiado a una comisión nacional, con asesoría de la Unesco. ¿Qué clase de ministerio le convendría al Perú?En respuesta a esta pregunta, en un seminario en Lima el año pasado argumenté a favor de un ministerio del Patrimonio Cultural, Natural y Turismo, porque se trata de sectores que trabajan juntos, son claramente complementarios, y por tanto la ley debía consagrar este trabajo orgánico. Téngase presente que el patrimonio arqueológico del Perú está ubicado en espléndidos escenarios naturales (se trata de “Paisajes culturales”), se cuenta con un rico acervo artístico y artesanal, fuente para la creación de empresas culturales y creativas. El país se ubica además entre los países con mayor biodiversidad en el mundo y es un destino preferencial del turismo cultural y ecológico, alcanzando este sector una prosperidad que no comparten las empobrecidas instituciones que preservan el patrimonio cultural y natural, dándose la paradoja de que el sector cultura subsidia al sector turismo.No se trata de separar sino de juntar. Un ministerio que reúna estos tres sectores permitiría corregir estos desfases. Así, los legítimos criterios de mercado del sector turismo serían mejor escuchados y atendidos. Juntos podrían embarcarse en programas de largo plazo, inscritos en una lógica de turismo durable, diversificado y equitativo, para no matar a esas gallinitas de los huevos de oro que son Machu Picchu y el Señor de Sipán. Se daría también debida atención al turismo nacional, favoreciendo el contacto directo y la apropiación colectiva de la cultura mediante el turismo familiar y juvenil. Se entendería mejor los imperativos de preservación de los recursos naturales y de una plena conservación de los sitios históricos. Ahora todos los planes maestros de preservación de sitios patrimoniales exigen la intervención de esos tres sectores: las autoridades culturales, ambientales y del turismo. Esta alianza es altamente beneficiosa para todos, pues haría fluida la concepción y ejecución de grandes proyectos de infraestructura vial y de servicios, con una reducción de costos.El ministerio del Medio Ambiente se creó a principios de año, fracturándose de algún modo la racionalidad de este trabajo conjunto. Si no es posible la reunificación, no queda otra opción que la creación de un ministerio de Cultura y Turismo. No es una tarea sencilla, pero estadísticas serías estiman que, gracias al turismo de cultura y naturaleza, el número de visitantes aumentara este año en 8.4%, lo que en total traería al Perú 2 millones de turistas. En términos de costo y beneficio, la instauración de este ministerio se puede decidir con relativa confianza. Un ministerio con estas características sería, además de entidad de servicios culturales y educativos de la nación, un ministerio de la producción y un ministerio de diálogo y gobernanza democrática del país. (1)Edgar Montiel *Colaborador*Jefe de la Sección de Políticas Culturales, CPO/CPD, UNESCO, &sa=Buscar" París? sobre información buscar>París" class="resaltar">París(1). Al respecto ver, Montiel, Edgar. El Poder de la Cultura. Recurso estratégico del desarrollo durable y la gobernanza democrática. FCE Lima, 2010. 344p.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario