viernes, 20 de agosto de 2010

ORFANDAD MUNICIPAL

El debate organizado por El Comercio entre candidatos a alcalde de Lima demostró ayer que no tenemos a la vista propuestas convincentes respecto a problemas de fondo en la capital: seguridad, transporte, salubridad, medio ambiente, esparcimiento y destrucción del centro histórico.

El debate mostró, ante todo, que, con la excepción de Lourdes Flores y Alex Kouri, los aspirantes al sillón Metropolitano no dominan las técnicas de la comunicación audiovisual. Todos los estudios demuestran que el medio televisual exige una especialización, que abarca desde el maquillaje hasta la gestualidad, desde el conocimiento de temas hasta la concisión de frases.

La televisión tiene un umbral psicológico muy bajo. Mientras en la prensa escrita se puede desplegar elevada dosis pasional, ese tope es más bajo en la radio y más aún en la televisión. En ésta, una expresión colérica, un gesto rudo, una exposición verbal larga, arruinan una imagen.

Famoso es el debate televisual que en 1958 enfrentó a John Kennedy y Richard Nixon, candidatos a la presidencia de Estados Unidos. Ese enfrentamiento cambió para siempre el carácter de las campañas electorales. Nixon, el conservador candidato del Partido republicano, que acababa de salir de un tratamiento hospitalario, apareció fatigado y temeroso. Kennedy, joven, millonario, demócrata, había pasado un día de relajamiento en un hotel de lujo, sus asesores le habían facilitado hasta un encuentro erótico. En la pantalla se mostró fresco y seguro.

Hoy, frente a las cámaras, hasta la duración de una sonrisa es cuidadosamente prevista.

Lourdes Flores recurrió ayer a un lema discutible. “Lo bueno debe seguir”. ¿No se ha enterado de que los vehículos del Metropolitano han recortado espacio a los vehículos públicos y privados, con lo cual el remedio resulta peor que la enfermedad? ¿Qué va a hacer frente a esa agravación del caos? ¿No sabe, por otra parte, que los Hospitales de la Solidaridad atienden a pacientes sin contar con la historia clínica? Su presentación en TV fue bastante buena, pero no se puede olvidar que fue defensora de César Cataño, el discutido personaje sospechoso de narcotráfico que importa miles de vehículos contaminantes, con diez o más años de antigüedad.

Lima tiene una fisonomía inconfundible, marcada por sus casonas antiguas, sus balcones (una amiga europea me decía, contemplando uno en el jirón Trujillo del Rímac: “Ya quisieran los madrileños tener un balcón como éste”). Todo eso está cayendo bajo los embates de la picota “modernista”.

Raúl Porras Barrenechea sugirió que Lima entonara a diario la jaculatoria: “De los alcaldes y los terremotos, líbranos Señor”.

En suma, el debate mostró promesas nobles pero vagas, frases vacías y sentimentales, carencia de visión histórica.

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