domingo, 29 de agosto de 2010

Poncio Pilato es otorongo

Una mayoría postiza de la comisión que investiga la desaparición de 4 USB de Giselle Giannotti, ex ejecutiva de la empresa chuponeadora Business Track, ha emitido un informe que podría llevar el título de: “Yo investigué, pero no sé nada”.

Ese documento, firmado por dos congresistas que se convirtieron en tres (el milagro de los otorongos), trae a la memoria el gesto de Poncio Pilato o Pilatos, quien dudaba entre librar a Jesucristo o crucificarlo, pero cedió a los gritos de una multitud de contrarios al Mesías. Ordenó entonces la crucifixión, aunque de inmediato se lavó las manos y exclamó: “No soy responsable por la sangre de este hombre”. La masa respondió: “Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros descendientes”.

Fue algo así como un juicio popular.

No se debe olvidar que aquel era un tiempo de rebeldía contra el imperio romano, y que un cabecilla de la revuelta armada, Barrabás, fue liberado.

Pilato cedía, en todo caso, ante una presión multitudinaria. Los congresistas del informe mayoritario, José Vargas, del APRA, y Walter Menchola, de Solidaridad Nacional, cedían sólo a presiones que provenían del Altísimo. Iban en contra de la verdad para encubrir un robo de pruebas, robo que favorece a Jorge del Castillo. Su meta no era investigar, sino encubrir. Para ellos, investigación es sinónimo de impunidad.

En el trámite se produjo un hecho pintoresco. Como en el momento de la votación sólo había dos congresistas autores de un informe en minoría, Yonhy Lescano y Alejandro Aguinaga, los oficialistas Vargas y Menchola recurrieron al voto dirimente de Menchola en su calidad de presidente de la comisión investigadora. Entraron cuatro y votaron cinco.

Episodios como éste justifican la frase de Jorge Luis Borges: “La democracia es un error de la estadística”.

Javier Villa Stein, presidente del Poder judicial, ha definido que el acuerdo de “mayoría” busca “perennizar la incertidumbre” y expresado su extrañeza ante el hecho de que una parte importante de la comisión ya determinó donde se produjo la pérdida de los USB y quiénes son los responsables, mientras otro sector informa que no puede identificar culpables.

El informe “mayoritario” expresa un retroceso en la conducta oficialista. En medios afines a Del Castillo se ha buscado, con insistencia, encontrar culpables en otra parte, ahora se abstienen de acusar. Señal de que la maniobra ¡al ladrón, al ladrón! no les funciona.

Significativo resulta que José Vargas, coautor del informe de “mayoría”, sea un congresista del APRA. Este solo hecho indica quién está empeñado en echar tierra al escándalo y silenciar la culpa de jefes de policía afines al APRA que incurrieron en ocultamiento y manipulación, en un intento de limpiar a personajes como Jorge del Castillo.

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