El lunes 7 empieza en Copenhague, Dinamarca, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Los principales gobernantes del mundo discuten ya lo que debe hacerse y lo que cabe esperar respecto a tan grave problema.
El Perú, huérfano de estadistas, resulta impreparado para el reto, a pesar de que figura entre los diez países más vulnerables del planeta. Baste recordar que, debido al calentamiento global, nuestra sierra ha perdido el 22% de la superficie glaciar.
Debe preocuparnos que nuestro país esté gobernado por un mandatario y funcionarios más preocupados por las inversiones transnacionales que por ese peligro.
Entretanto, se han reunido en Trinidad Tobago los jefes de Estado de los 53 países de las Mancomunidad Británica, con la presencia de Nicolas Sarkozy, presidente de Francia, y Lars Lokke Rasmussen, primer ministro de Dinamarca. Fue una cita en favor de un consenso que lleve en Copenhague a combatir y mitigar los efectos del cambio climático.
Rajendra Pachauri, presidente del Consejo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la ONU, declaró el sábado 28 de noviembre al diario español La Vanguardia, en entrevista titulada: “No hay que comer carne ni conducir un 4 x 4”:
“Primero, se talan los bosques para poder crear pastizales; luego, hay que alimentar todos esos animales, y el pienso que fabricamos también consume muchísima energía. Luego, matamos a esos animales, y tenemos que tenerlos guardados en zonas refrigeradas. Hay que transportarlos también refrigerados en cámaras y después se venden también en establecimientos que además tienen cámaras frigoríficas. Si nos fijamos, hace 20 ó 30 años nuestros frigoríficos tenían una parte de congelación muy pequeña, mientras que ahora la parte del congelador es así de grande. La gente lo que hace es congelar carne y guardarla ahí. O sea, que reducir el consumo de carne es bueno para la salud y además es bueno para el planeta”.
También este sábado, Brasil y México han propuesto sendos proyectos para la lucha contra el cambio climático. En Estoril, Portugal, en una Cumbre iberoamericana, las dos naciones han planteado que “los países en desarrollo, en especial los más pobres y vulnerables, reciban apoyo para afrontar los efectos previsibles, del cambio climático”.
No sabemos qué propondrá el Perú en Copenhague. Aparte de generalidades recientes, tenemos la doctrina de “El síndrome del perro del hortelano”, que sostiene que en la Amazonía “se necesita propiedad, es decir un tercero seguro sobre 5,000, 10,000 ó 20,000 hectáreas”. Para instalar, dice, industria maderera y fábricas de muebles.
Las ideas de Alan García conspiran contra el bosque, y contra la búsqueda de una mejora en el medio ambiente de la Amazonía, pulmón del mundo.
El Perú, huérfano de estadistas, resulta impreparado para el reto, a pesar de que figura entre los diez países más vulnerables del planeta. Baste recordar que, debido al calentamiento global, nuestra sierra ha perdido el 22% de la superficie glaciar.
Debe preocuparnos que nuestro país esté gobernado por un mandatario y funcionarios más preocupados por las inversiones transnacionales que por ese peligro.
Entretanto, se han reunido en Trinidad Tobago los jefes de Estado de los 53 países de las Mancomunidad Británica, con la presencia de Nicolas Sarkozy, presidente de Francia, y Lars Lokke Rasmussen, primer ministro de Dinamarca. Fue una cita en favor de un consenso que lleve en Copenhague a combatir y mitigar los efectos del cambio climático.
Rajendra Pachauri, presidente del Consejo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la ONU, declaró el sábado 28 de noviembre al diario español La Vanguardia, en entrevista titulada: “No hay que comer carne ni conducir un 4 x 4”:
“Primero, se talan los bosques para poder crear pastizales; luego, hay que alimentar todos esos animales, y el pienso que fabricamos también consume muchísima energía. Luego, matamos a esos animales, y tenemos que tenerlos guardados en zonas refrigeradas. Hay que transportarlos también refrigerados en cámaras y después se venden también en establecimientos que además tienen cámaras frigoríficas. Si nos fijamos, hace 20 ó 30 años nuestros frigoríficos tenían una parte de congelación muy pequeña, mientras que ahora la parte del congelador es así de grande. La gente lo que hace es congelar carne y guardarla ahí. O sea, que reducir el consumo de carne es bueno para la salud y además es bueno para el planeta”.
También este sábado, Brasil y México han propuesto sendos proyectos para la lucha contra el cambio climático. En Estoril, Portugal, en una Cumbre iberoamericana, las dos naciones han planteado que “los países en desarrollo, en especial los más pobres y vulnerables, reciban apoyo para afrontar los efectos previsibles, del cambio climático”.
No sabemos qué propondrá el Perú en Copenhague. Aparte de generalidades recientes, tenemos la doctrina de “El síndrome del perro del hortelano”, que sostiene que en la Amazonía “se necesita propiedad, es decir un tercero seguro sobre 5,000, 10,000 ó 20,000 hectáreas”. Para instalar, dice, industria maderera y fábricas de muebles.
Las ideas de Alan García conspiran contra el bosque, y contra la búsqueda de una mejora en el medio ambiente de la Amazonía, pulmón del mundo.
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