En una caricatura del semanario “El Otorongo” se puede ver al negociador chino preguntándole al ministro Rey si quiere tanques para uso ofensivo o defensivo, a lo que el hombre del gobierno contesta: no, los quiero para un desfile. Algo, además, me hace pensar que Alan García le dijo a Hu Jintao en Singapur: necesito tus tanques para regresar a Lima donde han soltado el caso de un espía que teníamos guardado y me han dejado en el aire.
Finalmente, el general Donayre, que algo debe saber de estas cosas, aparte de contar chistes, ha apuntado que comprando tanques no vamos a equiparar el desbalance con Chile. Y se pregunta por el plan de defensa y las prioridades en que estarían incorporadas estas adquisiciones. Evidentemente ese plan no existe. Todas las declaraciones que se han escuchado esta semana demuestran confusión y adaptación a lo que ya decidió el presidente.
Rey ha dicho que había un proceso de selección que se inclinaba a favor de los chinos y García declaró que los tanques ya estaban comprados. El canciller intentó decir que esta compra no modificaba el “núcleo básico de defensa”, y que por tanto no tendría ninguna proyección ofensiva; pero Rey lo corrigió diciendo que esta es una compra por fuera, con otro presupuesto. El mismo Rey afirmó que la decisión había sido eminentemente técnica y luego que había sido de carácter político.
Pero igual, el ministro de Defensa se siente en condiciones de amenazar a LA PRIMERA con querellarla por hacer afirmaciones sin fundamento. ¿Y qué fundamento pueden tener las tremendas cabriolas que ha desarrollado durante la semana, que empezaron cuando le robó el sitio al presidente del Poder Judicial para estar en el centro de la tribuna del desfile? Realmente ministros como Rey o Velásquez son la materia ideal para el tipo de gobierno que le gusta a Alan García. Los dos pelearon por el “desarme” que impulsó el presidente hasta llegar a la reunión con el Papa, y ahora ambos están de regreso con la cantaleta de cuando no hacemos nos critican y cuando hacemos también. Cuando de lo que se trata es de qué cosa es lo que hacen y cómo lo hacen.
LA PRIMERA no fue el primer diario en opinar críticamente sobre el extraño caso de los tanques chinos. Fue en “La República” que se transcribió copia del informe técnico que era desfavorable a la adquisición y que nos animó a nosotros a publicar la versión de que había una presión para esta operación por el monto de las comisiones. Dos datos llevan a tomar en serio esta posibilidad: la empresa vendedora ya ha sido protagonista de actos de corrupción en la venta de armas durante el gobierno de Fujimori; el precio internacional de los MBT 2000 no existe, como es el caso de aparatos similares, pero sí se sabe que son más baratos. ¿Cuánto más barato? Lo que dicen los entendidos es que eso depende de la comisión, que Rey asegura no haber recibido. Y nadie ha dicho eso. Tampoco lo acusamos de robo cuando repartió el mar entre siete empresas pesqueras, por no tener pruebas. Pero la ley que promovió sí era un robo. Como puede ser ahora.
domingo, 13 de diciembre de 2009
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