Ser radical en materia de marketing va más allá de la innovación, el éxito, e incluso la rebeldía y la locura. Las compañías radicales se diferencian de las tradicionales tanto en la forma como ven el mercado como en las técnicas y los enfoques que utilizan (o no utilizan).
El marketing tradicional depende en gran medida de la investigación de mercados. En realidad, su marketing se reduce a una sola cosa: utilizar la televisión para comunicar la imagen de un producto. El marketing radical lo hace de manera diferente, tomando en cuenta al mercado y respetando la conexión con el consumidor.
Las 10 diferencias son:
1. El gerente general debe ser el dueño de la función de marketing. Los gerentes deben asumir personalmente el marketing de su empresa, se puede vivir sin accionistas y, en la era de los punto com, hasta sin empleados, pero jamás sin clientes.
2. Un departamento de marketing pequeño y plano. La clave es cero burocracia y nada de pirámides. El marketing debe ser una función integrada a todas las áreas de la empresa.
3. Encontrarse cara a cara con los clientes. Para los radicales, estar cerca de los clientes es absolutamente fundamental. Leen la correspondencia que mandan los clientes, los escuchan e inclusive descubren los sitios donde viven y acostumbran comprar.
4. Usar la investigación de mercados con cautela. Descartan por completo las investigaciones de mercado. En general opinan que su valor depende de la forma en que se utilice.
5. Contratar a misioneros apasionados. No se trata de tener un equipo con una gran experiencia en marketing sino apasionados de los productos que queremos vender. Un absoluto fanático de una marca será el mejor integrante del equipo de marketing radical para promoverla.
6. Respetar a los clientes. Ven a sus clientes como seres humanos y no como estadísticas. Saben que es la única manera de mantener su confianza y su lealtad.
7. Crear una comunidad de consumidores. Forman clubes, organizan eventos comunitarios, comprometen a los consumidores con alguna obra benéfica, etc. Las reuniones son parte integral de la creación de una comunidad.
8. Replantear la mezcla de marketing. Utilizan herramientas de comunicación personales, que van desde el correo directo y las páginas Web, hasta la publicidad local y el patrocinio de torneos en barrios.
9. Sentido poco común. La única manera de que una compañía chica se enfrente a una poderosa es que haga algo diferente. Los radicales del marketing creen en el sentido poco común. No aplican fórmulas conocidas ni simplistas. Rompen las reglas en todos los campos: publicidad, promoción, precios y distribución.
10. Ser fiel a la marca. Los radicales son obsesivos en lo que se refiere a la integridad de la marca y muy firmes con respecto a su calidad. Todos prefieren dejar de existir mañana que bajar la calidad de sus productos o servicios. Saben que quitarle la calidad significa estarse haciendo trampa ellos mismos.
domingo, 13 de diciembre de 2009
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