El Ceplan presentará pronto el Plan Estratégico Nacional con miras a lograr sus objetivos en el 2021, en el bicentenario de la República. El debate sobre lo que deseamos como país recién comienza.
Por: Manuel Marticorena
Ucronía es la reconstrucción de la historia con sucesos que nunca pasaron. Es un ejercicio para aquellos que buscan fantasear con lo bien que nos hubiera ido si en el pasado hubiésemos tomado un camino distinto al que finalmente elegimos. Para la historia quedarían aquellas respuestas que satisfarían las preguntas que siempre nos hacemos: ¿Cuál sería la suerte del Perú si en vez de los españoles los conquistadores eran los ingleses? ¿Cuál sería el escenario económico si hubiéramos aprovechado mejor las riquezas del guano? ¿Qué sitial hubiera alcanzado el Perú si le ganaba la guerra a Chile? Y quizá la más importante: ¿qué hicimos mal y debimos mejorar desde que empezamos a ser una República?
Nueve países ya empezaron a hacerse este tipo de reflexiones a la sazón de celebrar sus bicentenarios como repúblicas independientes, tomando lecciones de su historia para mejorar las condiciones futuras de sus pobladores. Son los países que forman el Grupo Bicentenario: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, México, Paraguay y Venezuela, dos de los cuales (Ecuador y Bolivia) ya cumplieron 200 años como repúblicas soberanas el año pasado.
Al Perú le tocará evaluar sus 200 años de independencia dentro de once años, cuando recordará esa promesa llamada república. Sin embargo, a la luz de este trecho que aún deberá recorrer el país para celebrar su bicentenario, ¿cuál es el escenario que se podría tener cuando lleguemos a apagar las 200 velitas?
ESCENARIOS
El Centro Nacional de Pla-neamiento Estratégico (Ce- plan) ha establecido algunas metas apuntando a ese bicentenario.
En realidad, esta no es una idea solo del Perú. Países como Brasil, México y Colombia se han establecido metas económicas para sus respectivos aniversarios. Agustín Haya de la Torre, presidente del Ceplan, indica que entre los objetivos económicos se ha establecido la igualdad de acceso a los servicios básicos, la búsqueda de una economía competitiva y un desarrollo equilibrado de los recursos naturales y del medio ambiente.
Lo que puede sonar como parte de un discurso, es traducido por Haya de la Torre en aspectos puntuales, como llegar al 2021 con un ingreso per cápita de US$7.900 (actualmente es de US$ 4.417 según el Banco Central de Reserva). Debemos tener en cuenta que Chile, México y Uruguay tienen hoy un ingreso per cápita por encima de US$10.000.
Asimismo, el Ceplan prevé que para el 2021 el Pe- rú debería duplicar su PBI y triplicar sus exportaciones. Las inversiones público-privadas deberían representar el 28% del PBI. Igualmente, el país debería tener un escenario tributario más homogéneo. Si estas condiciones se cumplen, se podría reducir la pobreza de 36,2% a 13%. “Se trata de un escenario optimista moderado”, señala Haya de la Torre. Sin embargo, explica que esto requerirá de la participación conjunta del sector estatal y del privado para alcanzar estas metas. En ese sentido, esta institución está a punto de presentar al presidente García toda la prospectiva detallada de lo que será el escenario al 2021 y los lineamientos que se requerirán para que se cumpla.
Se espera que haya un intenso debate sobre este plan, que empezaría a ser aplicado desde el 2011. Según explica Haya de la Torre, el Ceplan tiene la atribución de ordenar en función al Plan Estratégico Nacional los planes sectoriales y estratégicos de cada institución del Estado.
Por supuesto que dicho plan no nos llevaría a ser un país desarrollado, sus metas no serían ambiciosas pero sí factibles. El funcionario explica que el propósito no es adivinar ni tampoco establecer escenarios delirantes. “Se trata de afianzar tendencias positivas y lograr sinergias que permitan llegar a los objetivos y tratar de alertar sobre posibles tendencias negativas para controlar los daños”, enfatiza.
TRAS LAS CIFRAS
Si bien las cifras del Ceplan pueden dar un indicio sobre cuál podría ser el escenario económico en ese año, según el sociólogo Sinesio López, catedrático de San Marcos y de la PUCP, estas no garantizan necesariamente que se cumplan las grandes promesas que se establecieron al inicio de la República y que, por supuesto, formarán parte del debate histórico cuando se tenga que evaluar el bicentenario. Esto es: la creación de un país igualitario.
Henri Le Bienvenu, gerente general de Perú 2021 —organización que así como el Ceplan, plantea metas de largo plazo para el país— señala que esta organización hizo una encuesta a 1.800 líderes del Perú sobre cómo les gustaría que fuera el país cuando cumpla su bicentenario. La respuesta fue la siguiente: “que sea un país pacífico, democrático, justo y próspero”.
Este tipo de respuestas son usuales, según López porque existen brechas que aún faltan cerrar y que el hacerlo podrían ser una excelente tarea de cara al bicentenario. López explica que, por ejemplo, la primera brecha por alcanzar es lograr que el Estado alcance a todo el territorio y que llegue a todas las clases sociales de igual manera: “desde Miraflores hasta Chumbivilcas”, señala.
La otra brecha es el tema político y social. Gran parte de la sociedad no se ve encarnada en el Estado. Igualmente, la brecha de desarrollo económico, que se ha ido dando en el país en función a regiones: La costa versus la sierra y la selva, y la metrópoli versus el resto del país. “La promesa republicana era crear una comunidad de iguales y esto no ha sido así. Lima concentra casi el 50% del PBI”, señala.
PROYECTO NACIONAL
Para Sinesio López es claro que no existe un objetivo nacional, lo cual es una constante en la historia peruana. Esto, según explica, se debe a que no existen élites que tengan una orientación hacia objetivos nacionales. Considera que el sector empresarial nacional ha sido y es muy débil. “De las 100 empresas más rankeadas del país, más del 50% son extranjeras. Cuando se privatizaron las empresas estatales en la década del 90 fueron pocos los capitales peruanos que las compraron. En cambio, en Chile la privatización sirvió para fortalecer más al sector empresarial de ese país”, señala.
Por su parte, el historiador económico, Carlos Contreras, también de la PUCP, indica que no se puede exigir al sector empresarial liderar un proyecto nacional, pues este tipo de iniciativa debe venir del sector político. “El Estado define a dónde quiere apuntar y el empresariado se amolda a estas condiciones”, señala.
El historiador refiere que en su transcurrir como república, el Perú sí tuvo objetivos nacionales hegemónicos. El primero se dio en la época del guano y el salitre, cuando el Gobierno y el país tenían claro que estos recursos eran finitos y debían aprovecharlos para impulsar su desarrollo, por lo que se proyectó una serie de ferrocarriles. Asimismo, señala que en la llamada República Aristocrática (1910-1930) se consideró que el sector exportador tenía que ser el motor de desarrollo del país. Aunque, por diversas razones, el proyecto fracasó. Contreras, sin embargo, tiene claro que de cara al 2021 deben trazarse algunos objetivos como la sustitución de las exportaciones, pasando de materias primas a productos de mayor valor agregado. Y esto por muchas razones: porque los recursos son agotables; porque las zonas agrícolas cada vez son menores; porque los recursos hídricos hacia el Pacífico están escaseando y porque las áreas vírgenes de explotación son cada vez menores y están más próximas a las poblaciones. “Hacerlo no será fácil”, señala.
Según el Ceplan y el Instituto Nacional de Estadística e Informática, el Perú en el 2021 tendrá alrededor de 30 millones de habitantes (hoy somos 28,4 millones). Así, hay una tendencia a que la demografía se contenga y, más aun, se reduzca. Esto puede generar algunos problemas como la escasez y el encarecimiento de la mano de obra; pero, además, podría detener el dinamismo del mercado en el país. ¿Qué sentido tiene invertir en un mercado con un consumo estancado? “Chile ya está experimentando esto, por lo que sus inversiones tienen que salir a buscar nuevos mercados”, explica.
La próxima publicación del Plan Estratégico Nacional servirá para adelantar lo que el Perú quiere ser como país y cómo pretende llegar a cumplir sus 200 años de historia republicana. El debate hacia ese horizonte recién se inicia y aún hay once años para cumplir esos propósitos.
¿LA HISTORIA SE REPITE?
El auge del centenario
Los historiadores refieren que cuando el Perú llegó a cumplir sus primeros cien años en 1921, el país se encontraba en pleno auge exportador de materias primas como el algodón, la caña de azúcar y el caucho. El auge exportador se debía principalmente a la demanda internacional originada tras la Primera Guerra Mundial.
Sin embargo, las desigualdades sociales eran muy definidas, el acceso al voto y a la educación era limitado y permitido solo a algunas clases sociales.
Según el historiador Carlos Contreras se vivía un extremo optimismo respecto a la ruta de crecimiento que había tomado el país. La historia suena muy familiar.
martes, 5 de enero de 2010
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