El historiador Augusto Ramos Zambrano ha publicado Tupamarus, Vilcapazas, Cataris, Ingariconas. Un libro que trata acerca de la gesta libertaria de Pedro Vilca Apaza.
La permanente investigación seria, reflexión crítica a la luz de nuevos documentos, como la construcción de una distinta visión de la historia, del eje a la periferia, ha hecho que Augusto Ramos Zambrano sea uno de los más importantes historiadores del Perú. Así lo confirma la edición de Tupamarus, Vilcapazas, Cataris, Ingariconas, un libro que se refiere a Pedro Vilca Apaza.
El historiador José Manuel Zuzunaga Briceño, quien suscribió el prólogo y falleció cuando se imprimía el libro, dijo: “Esta obra, al igual que todos sus anteriores trabajos de carácter histórico, es un meditado alegato sobre el conocimiento del pasado a manera de impulso vital y poderosos por la reivindicación de la gran raza andina. En ella irradia un marcado sentido esclarecedor, crítico, principista, aleccionador, que se orienta a reafirmar la gloria y el mensaje de la sangre inmarcesible de los incontables revolucionarios Tupamarus, Vilcapasas, Cataris, Ingariconas. Pone de relieve, con el pensamiento sereno de peruano auténtico, las páginas en torno a la fuerza indetenible de los pueblos, como hacedores de su historia y su destino, impulsados por sus grandes ideales de dignidad y justicia, como lo es el doctor Augusto Ramos Zambrano”.
Demuestra cómo Vilca Apaza se enfrentó al implacable español. Plantea una revisión acerca de quienes escribieron sobre el personaje. Sitúa los antecedentes, ideología y fines de la rebelión y trata sobre las batallas de Condorcuyo y Putina y la muerte de Huamán Tapara, así como el asedio y asalto de Sorata, el armisticio de Lampa, la batalla final de Putina y el descuartizamiento de Vilca Apaza. Igualmente, sobre las sentencias, los sucesos de los corregimientos de Carabaya, Lampa y Azángaro, el caso del cura José Maruri de Asillo (sorprendente y ejemplar) y la corregidora Nicolasa Bussi. Adiciona un valioso texto de Nils Jacobsen, así como Vilca Apaza en Bolivia por Eugenia del Valle de Siles.
Así gracias al trabajo de Ramos Zambrano, sobre el mártir Pedro Vilca Apaza, regresa para poblar la memoria social y se convierte en una referencia que alimenta la autoestima tan golpeada por estos tiempos por la república lobbysta.
La permanente investigación seria, reflexión crítica a la luz de nuevos documentos, como la construcción de una distinta visión de la historia, del eje a la periferia, ha hecho que Augusto Ramos Zambrano sea uno de los más importantes historiadores del Perú. Así lo confirma la edición de Tupamarus, Vilcapazas, Cataris, Ingariconas, un libro que se refiere a Pedro Vilca Apaza.
El historiador José Manuel Zuzunaga Briceño, quien suscribió el prólogo y falleció cuando se imprimía el libro, dijo: “Esta obra, al igual que todos sus anteriores trabajos de carácter histórico, es un meditado alegato sobre el conocimiento del pasado a manera de impulso vital y poderosos por la reivindicación de la gran raza andina. En ella irradia un marcado sentido esclarecedor, crítico, principista, aleccionador, que se orienta a reafirmar la gloria y el mensaje de la sangre inmarcesible de los incontables revolucionarios Tupamarus, Vilcapasas, Cataris, Ingariconas. Pone de relieve, con el pensamiento sereno de peruano auténtico, las páginas en torno a la fuerza indetenible de los pueblos, como hacedores de su historia y su destino, impulsados por sus grandes ideales de dignidad y justicia, como lo es el doctor Augusto Ramos Zambrano”.
Demuestra cómo Vilca Apaza se enfrentó al implacable español. Plantea una revisión acerca de quienes escribieron sobre el personaje. Sitúa los antecedentes, ideología y fines de la rebelión y trata sobre las batallas de Condorcuyo y Putina y la muerte de Huamán Tapara, así como el asedio y asalto de Sorata, el armisticio de Lampa, la batalla final de Putina y el descuartizamiento de Vilca Apaza. Igualmente, sobre las sentencias, los sucesos de los corregimientos de Carabaya, Lampa y Azángaro, el caso del cura José Maruri de Asillo (sorprendente y ejemplar) y la corregidora Nicolasa Bussi. Adiciona un valioso texto de Nils Jacobsen, así como Vilca Apaza en Bolivia por Eugenia del Valle de Siles.
Así gracias al trabajo de Ramos Zambrano, sobre el mártir Pedro Vilca Apaza, regresa para poblar la memoria social y se convierte en una referencia que alimenta la autoestima tan golpeada por estos tiempos por la república lobbysta.
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