domingo, 22 de noviembre de 2009

Cuerdas separadas en la cuerda floja



Por Augusto Álvarez Rodricha .

La política y la economía en la relación Perú-Chile.
Aunque hay varias visiones sobre lo que es la ‘política de cuerdas separadas’ en la relación bilateral Perú-Chile –unos quieren matarla, para otros ya murió, y algunos dicen que no ha muerto sino que solo anda de parranda–, la pregunta clave es cuánto afectará la turbulencia político-diplomática a la relación económico-comercial.
Para Ollanta Humala, la crisis por el espionaje marca el fin de las cuerdas separadas, pero el canciller José Antonio García Belaunde anota que esta falleció cuando Chile declaró que la presentación de la demanda en la corte de La Haya era un gesto inamistoso. Pero viva o muerta, la relación anda en una cuerda floja. ¿Hasta dónde puede deteriorarse la relación diplomática por esta crisis? Las declaraciones en ambos lados hacen prever que las cosas se pondrán peor antes de estar mejor.
Así, con más pose de candidato que de ex presidente, Eduardo Frei ha sacado la cara por Michelle Bachelet con una intervención airada que el presidente del Congreso Luis Alva Castro califica de torpeza. Un intercambio de ‘caricias’ que era impensable hace apenas tres semanas.
¿Cuánto afectará este empeoramiento previsible en lo político, la relación económica? En esto no hay novedad en el frente: los que defienden o atacan al TLC con Chile no han cambiado la posición que tenían antes de la crisis del espionaje.
Pero este debate tiene más decibeles de lo realmente posible, pues ¿de qué se habla cuando se dice que se debe ‘suspender’ la relación comercial? Parece que solo se alude al TLC que está en la cuerda floja en el TC, pues nadie está pensando parar las exportaciones de ambos países, ni revisar las inversiones hechas por empresas al otro lado de su frontera. ¿O sí?
Chile nos lleva una clara ventaja con una inversión superior a US$ 7,000 millones mientras que la peruana no llega a US$1,000 millones. Pero esa batalla hay que pelearla y ganarla en lugar de perderla por W.O. La cementera del grupo Brescia, el aterrizaje en Santiago del estudio legal Rebaza, Alcázar & De las Casas –en plena crisis del espionaje–, o los premios que se ganan allá los restaurantes de Gastón Acurio, son buenas noticias para un camino que es largo pero indispensable.
Al final de cuentas, la decisión sobre el TLC o las inversiones de Chile en el Perú no se puede usar como una forma de ‘castigar’ a su gobierno por el espionaje, sino en función de su conveniencia para el desarrollo de nuestro país. A pesar de todo lo que hace Chile en la pita política, sigo creyendo que la pita económica no se debe romper, sencillamente porque así nos conviene a los peruanos.

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